A las puertas de cumplir 800 años en nuestra Orden nos seguimos preguntando qué tanto influjo podrá tener hoy Fr. Domingo como predicador de la gracia. Más aún, ¿qué significa ser predicador de la gracia?
Domingo en su época no fue solamente un buen hombre. Impactó a su sociedad porque trajo un mensaje tan poderoso, que podía transformar al más frío, dar fortaleza al que se encuentra a punto de caer y confrontar al más obtuso. Se nos cuenta en la biografía de Domingo que duró toda una noche hablando con un hereje convencido, y al final éste tuvo que reconocer en las palabras de Domingo algo más que una diatriba teológica. Sus palabras estaban llenas de un mensaje que podía derribar lo que ya se creía como hecho, como terminado y que no necesitaba ninguna explicación, pero al mismo tiempo era capaz de levantar algo nuevo, de hacer surgir algo distinto, no político ni económico, sino realmente transformador del corazón…